Dos astros asoman sus claras pupilas
tras velos de nubes que el cierzo destroza;
dos astros viajeros que lloran y miran
la vida del hombre tan triste y tan hosca!
Y están muy junticos, radiantes de amor,
diciendo a las almas que inquieta el destino:
fincáis los anhelos en frágiles gozos,
por eso, tenéis tan grandes delirios!
Fulgores derraman y esmaltan la noche,
difunden dulzura que embriaga y despierta
los hondos suspiros, los viejos amores
que un día florecieron del alma en la senda.
Sus pálidos ojos de lumbre y de ensueños
nos cuentan lo inmenso, lo duro y lo amargo
de aqueste desierto de lágrimas lleno,
de penas y ayes del alma sembrado!
Sus pálidos ojos nos miran dolientes;
comprenden las horas de la desventura;
las horas aquellas en que mano aleve
desgarra la dicha, el amor sepulta.
Oh astros gemelos, eternos dichosos,
envidio la paz de tus órbitas bellas;
los años serenos y dulces añoro
y se abre en el alma la fuente de penas.
Oh astros gemelos, quitad de mi vista!
E mí ya despiertan las hondas nostalgias!
y lloro en silencio mis propias desdichas...
Y siente en el ánimo el golpe de un hacha!!!
Tomado de "Saudades" Fray Campo Elías Claro Carrascal, O.P.
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